SERIE: TOMANDO UNA DECISIÓN INFORMADA - Día 6

Reflexión:
Antes de levantar la voz, antes de organizar un taller, antes de acompañar a una mujer en crisis… necesitamos mirar hacia dentro. El impacto verdadero no nace del activismo, sino de la intimidad con Dios. No somos transformadores por estrategias humanas, sino por una íntima comunión con el Padre.
David, quebrantado por su pecado, no pidió primero éxito, ni un nuevo cargo, ni más influencia. Pidió un nuevo corazón. Porque sabía que desde allí —y solo desde allí— fluye todo lo demás. Sin un corazón limpio, nuestras palabras resuenan vacías; nuestras acciones se vuelven autosuficiencia espiritual.
El ministerio Dador de Vida no puede edificarse sobre el apuro, la indignación o la habilidad personal. Necesita raíces profundas en la presencia de Dios. Un corazón transformado es el instrumento más poderoso para reflejar Su carácter. Y preparar el corazón implica rendición, humildad, arrepentimiento y deseo sincero de parecerse a Cristo.
Desafío:
Antes de actuar por la vida, permite que Dios actúe en tu vida. Pide hoy lo mismo que pidió David: un corazón limpio y un espíritu recto.
Oración final:
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