SERIE: TOMANDO UNA DECISIÓN INFORMADA - Día 6

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  Sanidad: cuando el alma vuelve a respirar " Él sana a los quebrantados de corazón, y venda sus heridas ."  — Salmo 147:3 (RVR1960) Reflexión pastoral: Después del dolor, después del arrepentimiento, después del perdón… viene la sanidad. La sanidad no es solo la ausencia de culpa, es la restauración de la dignidad. Es volver a vivir sin temor, sin esconderse, sin tener que fingir que “todo está bien”. Es cuando el alma comienza a respirar de nuevo. Pero la sanidad no ocurre en un solo momento. Comienza con reconocer esa obra perfecta de Cristo en la Cruz del Calvario. Es un proceso guiado por el Espíritu Santo, muchas veces en compañía de personas sabias y amorosas, en espacios de consejería, oración, comunidad y adoración. Es allí donde el corazón herido empieza a recordar que todavía puede latir con propósito. Dios no solo quiere perdonarte y salvarte; Él desea restaurarte , es decir volver a colocarte en Su camino y propósito por el cuál has venido a este mundo. Qui...

INTIMIDAD ANTES DE HACER IMPACTO - PARTE 1

 


Preparando el corazón del Dador de Vida

"Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí." — Salmo 51:10 (RVR1960)


Reflexión:

Antes de levantar la voz, antes de organizar un taller, antes de acompañar a una mujer en crisis… necesitamos mirar hacia dentro. El impacto verdadero no nace del activismo, sino de la intimidad con Dios. No somos transformadores por estrategias humanas, sino por una íntima comunión con el Padre.

David, quebrantado por su pecado, no pidió primero éxito, ni un nuevo cargo, ni más influencia. Pidió un nuevo corazón. Porque sabía que desde allí —y solo desde allí— fluye todo lo demás. Sin un corazón limpio, nuestras palabras resuenan vacías; nuestras acciones se vuelven autosuficiencia espiritual.

El ministerio Dador de Vida no puede edificarse sobre el apuro, la indignación o la habilidad personal. Necesita raíces profundas en la presencia de Dios. Un corazón transformado es el instrumento más poderoso para reflejar Su carácter. Y preparar el corazón implica rendición, humildad, arrepentimiento y deseo sincero de parecerse a Cristo.


Desafío:

¿Estás empezando tu servicio con un corazón preparado? ¿O estás intentando impactar desde el esfuerzo propio y la estrategia humana?

Antes de actuar por la vida, permite que Dios actúe en tu vida. Pide hoy lo mismo que pidió David: un corazón limpio y un espíritu recto.


Oración final:

Padre, tú eres quien ve el corazón y conoce mis intenciones. Antes de usarme, transfórmame, crea en mí un corazón limpio, libre de orgullo, de prisa, de juicio. Renueva en mí un espíritu recto, que refleje Tu compasión y Tu verdad. Que todo impacto que provoque venga de la intimidad que tenga contigo cada día. Amén.

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