SERIE: TOMANDO UNA DECISIÓN INFORMADA - Día 6

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  Sanidad: cuando el alma vuelve a respirar " Él sana a los quebrantados de corazón, y venda sus heridas ."  — Salmo 147:3 (RVR1960) Reflexión pastoral: Después del dolor, después del arrepentimiento, después del perdón… viene la sanidad. La sanidad no es solo la ausencia de culpa, es la restauración de la dignidad. Es volver a vivir sin temor, sin esconderse, sin tener que fingir que “todo está bien”. Es cuando el alma comienza a respirar de nuevo. Pero la sanidad no ocurre en un solo momento. Comienza con reconocer esa obra perfecta de Cristo en la Cruz del Calvario. Es un proceso guiado por el Espíritu Santo, muchas veces en compañía de personas sabias y amorosas, en espacios de consejería, oración, comunidad y adoración. Es allí donde el corazón herido empieza a recordar que todavía puede latir con propósito. Dios no solo quiere perdonarte y salvarte; Él desea restaurarte , es decir volver a colocarte en Su camino y propósito por el cuál has venido a este mundo. Qui...

 


Corazones redimidos, vidas que dan vida

Texto:
"El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.— Juan 10:10 (RVR1960)


Reflexión:

"Ser un dador de vida no se trata simplemente de lo que hacemos, sino de quiénes somos. Y eso solo es posible cuando nuestro corazón ha sido redimido por Cristo. La transformación que Él realiza en lo profundo de nuestro ser nos capacita para reflejar su carácter en nuestras palabras, miradas, decisiones y acciones cotidianas."

Cuando permitimos que Jesús reine en cada rincón de nuestro ser —nuestra mente, voluntad, afectos— nuestras interacciones dejan de ser reactivas o egoístas y comienzan a convertirse en encuentros redentores. Donde antes había juicio, hay gracia. Donde antes había indiferencia, hay compasión. Donde antes había silencio, hay una voz que habla vida.

El mundo no necesita más activistas. Necesita creyentes transformados que vivan como dadores de vida: en sus familias, en sus iglesias, en sus comunidades. Jesús nos modeló esto: cada toque suyo, cada palabra, cada mirada llevaba vida, porque venía del Padre. Nosotros, como Iglesia, somos llamados a lo mismo.


Desafío:

¿Ha sido tu corazón redimido verdaderamente por Cristo? ¿Tu vida diaria da testimonio de pensamientos, palabras y acciones redentoras?

No se trata de perfección, sino de intención. Ser un Dador de Vida es un llamado a vivir cada día reflejando el amor del Padre a un mundo que vive en crisis de identidad, propósito y valor humano.


Oración final:

Señor Jesús, gracias por redimir mi corazón con tu amor incondicional. Transforma cada parte de mí para que pueda reflejar tu compasión, tu verdad y tu gracia. Hazme un dador de vida con mis pensamientos, palabras y actos. Que otros vean en mí tu luz, y descubran en Ti la Vida Verdadera.
Amén.

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