SERIE: TOMANDO UNA DECISIÓN INFORMADA - Día 6

Reflexión:
"Ser un dador de vida no se trata simplemente de lo que hacemos, sino de quiénes somos. Y eso solo es posible cuando nuestro corazón ha sido redimido por Cristo. La transformación que Él realiza en lo profundo de nuestro ser nos capacita para reflejar su carácter en nuestras palabras, miradas, decisiones y acciones cotidianas."
Cuando permitimos que Jesús reine en cada rincón de nuestro ser —nuestra mente, voluntad, afectos— nuestras interacciones dejan de ser reactivas o egoístas y comienzan a convertirse en encuentros redentores. Donde antes había juicio, hay gracia. Donde antes había indiferencia, hay compasión. Donde antes había silencio, hay una voz que habla vida.
El mundo no necesita más activistas. Necesita creyentes transformados que vivan como dadores de vida: en sus familias, en sus iglesias, en sus comunidades. Jesús nos modeló esto: cada toque suyo, cada palabra, cada mirada llevaba vida, porque venía del Padre. Nosotros, como Iglesia, somos llamados a lo mismo.
Desafío:
No se trata de perfección, sino de intención. Ser un Dador de Vida es un llamado a vivir cada día reflejando el amor del Padre a un mundo que vive en crisis de identidad, propósito y valor humano.
Oración final:
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