SERIE: TOMANDO UNA DECISIÓN INFORMADA - Día 6

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  Sanidad: cuando el alma vuelve a respirar " Él sana a los quebrantados de corazón, y venda sus heridas ."  — Salmo 147:3 (RVR1960) Reflexión pastoral: Después del dolor, después del arrepentimiento, después del perdón… viene la sanidad. La sanidad no es solo la ausencia de culpa, es la restauración de la dignidad. Es volver a vivir sin temor, sin esconderse, sin tener que fingir que “todo está bien”. Es cuando el alma comienza a respirar de nuevo. Pero la sanidad no ocurre en un solo momento. Comienza con reconocer esa obra perfecta de Cristo en la Cruz del Calvario. Es un proceso guiado por el Espíritu Santo, muchas veces en compañía de personas sabias y amorosas, en espacios de consejería, oración, comunidad y adoración. Es allí donde el corazón herido empieza a recordar que todavía puede latir con propósito. Dios no solo quiere perdonarte y salvarte; Él desea restaurarte , es decir volver a colocarte en Su camino y propósito por el cuál has venido a este mundo. Qui...

 


El Corazón de Jesús por los Pequeños

"Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de Dios." — Marcos 10:14 (RVR1960)


Reflexión pastoral:

En una cultura que tiende a considerar a los niños como una carga o una interrupción, Jesús los abrazó, los bendijo y los puso como ejemplo de fe. Esta escena no es anecdótica, es teológica: revela el corazón de Dios hacia los más pequeños, los más vulnerables.

Cuando Jesús dice: “de los tales es el reino”, está declarando que los niños no solo son bienvenidos en su presencia, sino que pertenecen a su Reino. No tienen que esperar a crecer para tener valor. Ya lo tienen. Ya son imagen de Dios. Ya son ciudadanos del cielo.

Si Jesús recibió a los niños, ¿cómo no hacerlo nosotros? Si los valoró, ¿cómo no defenderlos nosotros?

Defender la vida de los niños no empieza solo cuando nacen, sino incluso antes, en el vientre. Continúa después, cuando enfrentan abandono, abuso, pobreza o violencia. Ser pro-vida es también ser pro-infancia, pro-niñez, pro-cuidado.

La Iglesia tiene una misión hermosa y urgente: abrir sus brazos como Jesús lo hizo. Acoger, formar, proteger y bendecir a los niños, no solo los que ya están en nuestras bancas, sino también aquellos aún por nacer.


Desafío pastoral:

¿Nuestra iglesia ve a los niños como prioridad o como interrupción? ¿Estamos enseñando el valor de los pequeños desde nuestras predicaciones, clases dominicales y con nuestras acciones?

El Reino pertenece a los tales. Recibir a un niño es recibir a Cristo mismo (Mateo 18:5). ¡Abramos los brazos, amémosles y protejámosles desde el vientre materno!


Oración:

Señor Jesús, gracias por recordarnos que el Reino también les pertenece a los más pequeños. Danos un corazón tierno para acoger a cada niño como Tú lo haces. Que nuestras iglesias sean lugares seguros, alegres y llenos de vida para ellos, y que nunca impidamos que vengan a Ti.
Amén.

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