SERIE: TOMANDO UNA DECISIÓN INFORMADA - Día 6

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  Sanidad: cuando el alma vuelve a respirar " Él sana a los quebrantados de corazón, y venda sus heridas ."  — Salmo 147:3 (RVR1960) Reflexión pastoral: Después del dolor, después del arrepentimiento, después del perdón… viene la sanidad. La sanidad no es solo la ausencia de culpa, es la restauración de la dignidad. Es volver a vivir sin temor, sin esconderse, sin tener que fingir que “todo está bien”. Es cuando el alma comienza a respirar de nuevo. Pero la sanidad no ocurre en un solo momento. Comienza con reconocer esa obra perfecta de Cristo en la Cruz del Calvario. Es un proceso guiado por el Espíritu Santo, muchas veces en compañía de personas sabias y amorosas, en espacios de consejería, oración, comunidad y adoración. Es allí donde el corazón herido empieza a recordar que todavía puede latir con propósito. Dios no solo quiere perdonarte y salvarte; Él desea restaurarte , es decir volver a colocarte en Su camino y propósito por el cuál has venido a este mundo. Qui...

 


Hasta que toda vida sea valorada: Un llamado continuo

"Rescata a los que van rumbo a la muerte, detén a los que avanzan tambaleándose al suplicio." — Proverbios 24:11 (NVI)


Reflexión:

No sé cuánto tiempo vienes caminando por las sendas del corazón de Padre, contemplando su visión sobre la vida humana o escuchando su corazón. Estas últimas semanas hemos estado hablando del aliento creador, del valor eterno de cada persona, del llanto silencioso del aborto, de la compasión redentora, del llamado a ser una Iglesia que da vida.

Pero este viaje no fue solo una serie de meditaciones. Es un despertar a la defensa de la vida, no es un evento, es un movimiento. Es una comisión que no termina hasta que toda vida sea valorada como Dios la ve.

El mundo nos presiona a callar, las estadísticas nos abruman muchas veces y nos hace sentir impotentes. Las heridas son profundas, por lo que vivimos en una sociedad herida por el aborto. Pero el Evangelio sigue siendo poder de Dios para redimir, sanar y transformar.

Ser una Iglesia dadora de vida no es una moda, es una identidad plena que muestra el corazón del Padre. No se limita al activismo, se manifiesta en la adoración, en el acompañamiento, en la enseñanza, en el servicio humilde y persistente.

Por lo tanto, seguiremos predicando hasta que cada madre sepa que tiene esperanza. Seguiremos sirviendo hasta que cada niño, nacido o por nacer, tenga un defensor. Seguiremos orando hasta que el corazón de la Iglesia late al mismo ritmo del Padre.


Desafío:

¿Has interiorizado este llamado como parte de tu identidad espiritual? ¿Seguirás hablando, sirviendo y defendiendo incluso cuando sea difícil?

Dios no nos llamó a ganar debates, sino a dar vida. No nos llamó a señalar, sino a acompañar. Sigamos hasta que toda vida sea valorada. Porque Él no ha dejado de valorar ni una.


Oración final:

Padre de la vida, gracias por este tiempo de revelación, confrontación y renovación. Haz de nosotros una Iglesia fiel, perseverante y llena de gracia. Que cada día, en cada lugar, seamos portadores de Tu luz y defensores de Tu creación. Que no callemos hasta que toda vida sea valorada, por amor a Ti, por amor al prójimo, por amor a la vida.
Amén.


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