SERIE: TOMANDO UNA DECISIÓN INFORMADA - Día 6

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  Sanidad: cuando el alma vuelve a respirar " Él sana a los quebrantados de corazón, y venda sus heridas ."  — Salmo 147:3 (RVR1960) Reflexión pastoral: Después del dolor, después del arrepentimiento, después del perdón… viene la sanidad. La sanidad no es solo la ausencia de culpa, es la restauración de la dignidad. Es volver a vivir sin temor, sin esconderse, sin tener que fingir que “todo está bien”. Es cuando el alma comienza a respirar de nuevo. Pero la sanidad no ocurre en un solo momento. Comienza con reconocer esa obra perfecta de Cristo en la Cruz del Calvario. Es un proceso guiado por el Espíritu Santo, muchas veces en compañía de personas sabias y amorosas, en espacios de consejería, oración, comunidad y adoración. Es allí donde el corazón herido empieza a recordar que todavía puede latir con propósito. Dios no solo quiere perdonarte y salvarte; Él desea restaurarte , es decir volver a colocarte en Su camino y propósito por el cuál has venido a este mundo. Qui...

INTIMIDAD ANTES DE HACER IMPACTO - PARTE 4

 


Comenzamos con adoración

"Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren.— Juan 4:23 (RVR1960)


Reflexión:

Antes de servir, antes de enseñar, antes de defender la vida… aprendamos a adora al Padre. Porque el corazón que no adora, se desgasta fácilmente y el ministerio que no nace de la adoración, se vuelve una carga o una simplemente una plataforma.

Dios no busca hacedores, busca adoradores. No porque Él necesite ser afirmado, sino porque solo el corazón que se rinde en adoración puede sostener la tensión de servir en un mundo que se opone a la vida y que busca destruir la imagen de Dios.

Adorar en espíritu es ir más allá de lo externo; es ofrecerle a Dios lo más profundo de nuestro ser y adorar en verdad es hacerlo conforme a lo que Él es, no lo que sentimos. Esta adoración transforma. Nos recuerda quién es Él… y quiénes somos nosotros.

El ministerio dador de vida puede llevarnos a muchos lugares: foros, hospitales, consejerías, congresos. Pero nuestro primer altar debe ser interior. Solo cuando el corazón está inclinado delante de Dios, la boca puede hablar con autoridad y amor.


Desafío pastoral:

¿Estás comenzando tu día, tu ministerio, tus decisiones… con adoración? ¿Estás sirviendo desde la intimidad o desde la costumbre? ¿La iglesia local en la cual sirve es una comunidad de adoradores?

No comiences con estrategias humanas la lucha por la defensa de la vida o cualquier otra actividad que tengas en tu ministerio. Comienza con adoración, desde ahí, todo lo demás encuentra su lugar de manera maravillosa.


Oración final:

Padre, me inclino ante Ti, tú eres digno, más allá de mis obras, más allá de mis palabras. Recibe hoy mi adoración y ahz de mí un adorador en espíritu y en verdad. Que todo lo que haga sea un eco de mi amor por Ti y mi intimidad personal contigo. Amén.

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