SERIE: TOMANDO UNA DECISIÓN INFORMADA - Día 6

"Y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres." — Juan 8:32 (RVR1960)
Reflexión pastoral:
Hablar del aborto no es cómodo y a muchos les molesta. Lo sé, toca heridas profundas, activa posturas defensivas y expone una batalla espiritual palpable. Pero lo cierto es que el silencio no sana, y la confusión no libera. Solo la verdad… dicha con gracia, sin jucio… tiene el poder de transformar.
La verdad es que el aborto no es solo una decisión médica. Es una decisión que interrumpe una vida creada por Dios y que deja huellas profundas en quien lo experimenta. No es simplemente un tema político, es una realidad espiritual que requiere discernimiento, compasión y verdad.
Pero la verdad no viene para condenar. Jesús no vino a aplastar a los quebrantados, sino a traer luz donde hubo oscuridad. Decir la verdad sobre el aborto no es rechazar a las personas que han pasado por él; es abrir la puerta a la esperanza. Porque solo cuando se reconoce lo que ocurrió, se puede recibir el consuelo que sana.
El primer paso hacia la restauración es ver con claridad lo que está oculto. No para señalar, sino para liberar. Y la verdad, cuando viene acompañada de amor, no aplasta: levanta, sana.
Desafío pastoral:
Hoy es tiempo de conocer… y hacer conocer… la verdad que libera. Es necesario capacitarse al respecto para poder hablar toda la verdad en amor.
Oración final:
Padre de verdad, abre mis ojos a lo que Tú ves, dame valor para no callar lo que debe decirse y compasión para hablar con ternura. Que la verdad sobre el aborto no sea arma de juicio, sino semilla de libertad. Que Tu luz alumbre cada rincón oculto, para que el alma herida encuentre paz y sanidad a través de tu Hijo Jesucristo. Amén.
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