SERIE: TOMANDO UNA DECISIÓN INFORMADA - Día 6

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  Sanidad: cuando el alma vuelve a respirar " Él sana a los quebrantados de corazón, y venda sus heridas ."  — Salmo 147:3 (RVR1960) Reflexión pastoral: Después del dolor, después del arrepentimiento, después del perdón… viene la sanidad. La sanidad no es solo la ausencia de culpa, es la restauración de la dignidad. Es volver a vivir sin temor, sin esconderse, sin tener que fingir que “todo está bien”. Es cuando el alma comienza a respirar de nuevo. Pero la sanidad no ocurre en un solo momento. Comienza con reconocer esa obra perfecta de Cristo en la Cruz del Calvario. Es un proceso guiado por el Espíritu Santo, muchas veces en compañía de personas sabias y amorosas, en espacios de consejería, oración, comunidad y adoración. Es allí donde el corazón herido empieza a recordar que todavía puede latir con propósito. Dios no solo quiere perdonarte y salvarte; Él desea restaurarte , es decir volver a colocarte en Su camino y propósito por el cuál has venido a este mundo. Qui...

 


Una Herida Silenciosa: Entendiendo el Aborto

"El Señor está cerca de los quebrantados de corazón; y salva a los contritos de espíritu." — Salmo 34:18 (RVR1960)


Reflexión:

El aborto es más que una estadística. Es una herida profunda que muchas veces se lleva en silencio, entre lágrimas privadas y culpas no confesadas. Detrás de cada número hay una historia, un rostro, un corazón roto. Muchas de esas historias están sentadas cada domingo en nuestras iglesias, anhelando restauración… pero temiendo ser juzgadas.

La Iglesia ha sido llamada a proclamar la verdad, sí, pero también a aplicar el bálsamo del evangelio sobre las heridas humanas. No hay pecado tan profundo que la sangre de Cristo no pueda limpiar, ni dolor tan hondo que su gracia no pueda sanar.

Cuando hablamos del aborto desde el púlpito, necesitamos hacerlo con amor redentor. Denunciar el mal sin abrazar al herido es fallar al evangelio. Jesús nunca minimizó el pecado, pero siempre ofreció perdón al arrepentido. Así debemos hablar: con compasión y verdad.

Cada aborto deja una huella. Pero también abre una puerta para que la Iglesia sea un refugio y un lugar seguro. Una comunidad que dice: “Aquí puedes llorar, aquí puedes sanar, aquí puedes empezar de nuevo.”


Desafío:

¿Estamos creando espacios seguros en nuestras iglesias para quienes han pasado por el aborto? ¿Proclamamos con firmeza la verdad sobre la vida… y con ternura la gracia de Cristo?

No ignores la herida. No temas hablar. Sé la voz del consuelo, la mano de restauración.


Oración final:

Señor, da a Tu Iglesia ojos para ver el dolor oculto. Danos palabras que sanen y brazos que abracen. Haznos instrumentos de restauración y que donde haya culpa, llevemos gracia; donde haya silencio, llevemos esperanza; donde haya heridas, llevemos Tu sanidad. Que llevemos tu Evangelio en todo momento.
Amén.

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