EL DISEÑO DE DIOS PARA LA FAMILIA - MADRE

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  EL ROL DE LA MADRE Guarda, hijo mío, el mandamiento de tu padre, y no dejes la enseñanza de tu madre.  Proverbios 6:20 Reflexión Pastoral: La madre es una voz tierna y firme que instruye desde la cuna. Su enseñanza no solo forma, sino que marca el corazón. En la cosmovisión bíblica, la mujer que teme al Señor es sabia y su influencia es generacional. No hay vida que no haya sido tejida en el vientre de una madre, ni alma que no haya recibido de ella alguna forma de instrucción o consuelo. Cuando una madre enseña desde la Palabra, planta semillas eternas. Sus palabras se convierten en guías que iluminan al hijo en sus noches más oscuras. Aún en la adultez, el eco de una madre piadosa puede llamar al hijo al arrepentimiento o a la fe. Dios honra el rol materno como columna espiritual del hogar. A través de su amor, el hijo comprende el valor de la vida, la misericordia de Dios, y la ternura de su justicia. La madre es guardiana de la vida desde su inicio, defensora del débil ...

 


Una Herida Silenciosa: Entendiendo el Aborto

"El Señor está cerca de los quebrantados de corazón; y salva a los contritos de espíritu." — Salmo 34:18 (RVR1960)


Reflexión:

El aborto es más que una estadística. Es una herida profunda que muchas veces se lleva en silencio, entre lágrimas privadas y culpas no confesadas. Detrás de cada número hay una historia, un rostro, un corazón roto. Muchas de esas historias están sentadas cada domingo en nuestras iglesias, anhelando restauración… pero temiendo ser juzgadas.

La Iglesia ha sido llamada a proclamar la verdad, sí, pero también a aplicar el bálsamo del evangelio sobre las heridas humanas. No hay pecado tan profundo que la sangre de Cristo no pueda limpiar, ni dolor tan hondo que su gracia no pueda sanar.

Cuando hablamos del aborto desde el púlpito, necesitamos hacerlo con amor redentor. Denunciar el mal sin abrazar al herido es fallar al evangelio. Jesús nunca minimizó el pecado, pero siempre ofreció perdón al arrepentido. Así debemos hablar: con compasión y verdad.

Cada aborto deja una huella. Pero también abre una puerta para que la Iglesia sea un refugio y un lugar seguro. Una comunidad que dice: “Aquí puedes llorar, aquí puedes sanar, aquí puedes empezar de nuevo.”


Desafío:

¿Estamos creando espacios seguros en nuestras iglesias para quienes han pasado por el aborto? ¿Proclamamos con firmeza la verdad sobre la vida… y con ternura la gracia de Cristo?

No ignores la herida. No temas hablar. Sé la voz del consuelo, la mano de restauración.


Oración final:

Señor, da a Tu Iglesia ojos para ver el dolor oculto. Danos palabras que sanen y brazos que abracen. Haznos instrumentos de restauración y que donde haya culpa, llevemos gracia; donde haya silencio, llevemos esperanza; donde haya heridas, llevemos Tu sanidad. Que llevemos tu Evangelio en todo momento.
Amén.

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