SERIE: TOMANDO UNA DECISIÓN INFORMADA - Día 6

Reflexión pastoral:
Uno de los obstáculos más grandes después de un aborto no es la falta de conocimiento, sino la incapacidad de perdonarse a uno mismo. Aun cuando sabemos que Dios perdona, muchas veces no sabemos cómo vivir en esa libertad.
La culpa se esconde en lo más profundo del alma. Se manifiesta en tristeza constante, en insomnio, en reacciones desproporcionadas, en pensamientos que vuelven una y otra vez. Pero Dios no desea que vivamos atrapados por el pasado, sino redimidos por Su amor.
El perdón de Cristo es más que un acto legal. Es una restauración del alma, un abrazo que reconstruye lo que parecía irremediable. Cuando lo recibimos con humildad, también aprendemos a extenderlo. Y eso es crucial: porque no solo necesitamos ser perdonados, también necesitamos perdonar. Perdonar a quien nos falló. Al que presionó. A quien no nos defendió. A todos.
El perdón es la llave que abre la puerta al gozo. Es el paso que transforma el “yo fallé” en “Él me levantó”.
Desafío pastoral:
Recibe el perdón. Extiende el perdón. Vive en el perdón. Y verás cómo el alma vuelve a respirar.
Oración final:
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