SERIE: TOMANDO UNA DECISIÓN INFORMADA - Día 6

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  Sanidad: cuando el alma vuelve a respirar " Él sana a los quebrantados de corazón, y venda sus heridas ."  — Salmo 147:3 (RVR1960) Reflexión pastoral: Después del dolor, después del arrepentimiento, después del perdón… viene la sanidad. La sanidad no es solo la ausencia de culpa, es la restauración de la dignidad. Es volver a vivir sin temor, sin esconderse, sin tener que fingir que “todo está bien”. Es cuando el alma comienza a respirar de nuevo. Pero la sanidad no ocurre en un solo momento. Comienza con reconocer esa obra perfecta de Cristo en la Cruz del Calvario. Es un proceso guiado por el Espíritu Santo, muchas veces en compañía de personas sabias y amorosas, en espacios de consejería, oración, comunidad y adoración. Es allí donde el corazón herido empieza a recordar que todavía puede latir con propósito. Dios no solo quiere perdonarte y salvarte; Él desea restaurarte , es decir volver a colocarte en Su camino y propósito por el cuál has venido a este mundo. Qui...

SERIE: TOMANDO UNA DECISIÓN INFORMADA - Día 3

 


Una herida que Dios puede tocar

"El Señor sana a los quebrantados de corazón, y les venda las heridas.— Salmo 147:3 (RVR1960)


Reflexión pastoral:

Una de las mentiras más comunes después de un aborto es que ya no hay retorno, que la herida es demasiado profunda o que Dios no querría acercarse a alguien que ha fallado de esa manera. Esta idea se convierte en una barrera que impide experimentar la gracia restauradora de Dios. Sin embargo, la verdad es mucho más poderosa: no hay herida tan profunda que Dios no pueda tocar, ni pecado tan grande que su misericordia no alcance.

El corazón herido no necesita más juicio, necesita presencia de Dios. La herida causada por un aborto puede abrir espacios de soledad, vergüenza, ansiedad, e incluso depresión. Pero allí, en medio del dolor, Dios no se aparta. Él se acerca con ternura, con paciencia, con verdad y compasión.

Reconocer que hay una herida no es un acto de debilidad, sino el primer paso hacia la sanidad y restauración. Es darle a Dios acceso al lugar donde más duele, donde quizá nadie más ha entrado. No se trata solo de “seguir adelante”, sino de permitirle al Señor, por medio del arrepentimiento y confesión,  restaurar lo que fue roto, hablar donde hubo silencio, y derramar Su consuelo donde ha reinado la culpa.


Desafío pastoral:

¿Te has atrevido a presentar esa herida al Señor, tal como está, sin disfrazarla ni esconderla? ¿Estás dispuesto a dejar que Él te toque donde nadie más pudo, incluso en ese lugar de dolor tan íntimo? Como pastor ¿Estás listo para abrazar a todo aquel que ha pasado por el trauma del aborto?

Dios no espera perfección, espera sinceridad y cuando somos sinceros, Él responde con sanidad. Su amor es inagotable.


Oración final:

Señor, aquí está mi herida, la que a veces he negado, escondido o callado. Tú la conoces por completo, y aun así me amas con ternura. No quiero seguir huyendo ni cubriéndola con máscaras. Tócala, Señor. Sánala con tu amor fiel. Haz brotar esperanza donde hubo vergüenza, y paz donde hubo temor. Solo Tú puedes restaurar lo que yo no puedo. Amén.

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