SERIE: TOMANDO UNA DECISIÓN INFORMADA - Día 6

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  Sanidad: cuando el alma vuelve a respirar " Él sana a los quebrantados de corazón, y venda sus heridas ."  — Salmo 147:3 (RVR1960) Reflexión pastoral: Después del dolor, después del arrepentimiento, después del perdón… viene la sanidad. La sanidad no es solo la ausencia de culpa, es la restauración de la dignidad. Es volver a vivir sin temor, sin esconderse, sin tener que fingir que “todo está bien”. Es cuando el alma comienza a respirar de nuevo. Pero la sanidad no ocurre en un solo momento. Comienza con reconocer esa obra perfecta de Cristo en la Cruz del Calvario. Es un proceso guiado por el Espíritu Santo, muchas veces en compañía de personas sabias y amorosas, en espacios de consejería, oración, comunidad y adoración. Es allí donde el corazón herido empieza a recordar que todavía puede latir con propósito. Dios no solo quiere perdonarte y salvarte; Él desea restaurarte , es decir volver a colocarte en Su camino y propósito por el cuál has venido a este mundo. Qui...

SERIE: TOMANDO UNA DECISION INFORMADA - Día 4

 


El arrepentimiento: volver al corazón del Padre

"Vuélvete ahora mismo a tu Dios, practica el amor y la justicia, y confía siempre en Él.— Oseas 12:6 (NVI)


Reflexión pastoral:

El aborto no es una herida que afecta solo a quien lo vivió directamente. El padre del bebé, los abuelos, los hermanos, los amigos, incluso los profesionales o personas involucradas pueden verse afectadas. Todos pueden llevar una carga invisible, una culpa difusa, una tristeza que no se atreven a decir su nombre.

Es fácil pensar que el arrepentimiento es solo para quien tomó la decisión final. Pero en realidad, el arrepentimiento es una puerta abierta para todos los que, de alguna manera, participaron, consintieron, ignoraron o callaron.

Arrepentirse no es castigo, es abrazar la gracia. No es culpa destructiva, es volver a los brazos amorosos de Cristo, del Padre. El arrepentimiento verdadero no humilla, libera de la culpa. Nos conecta con la verdad que es Cristo, y nos lleva directo al corazón del Padre. Un corazón que no señala, sino que espera. Que no grita, sino que llama con voz de ternura.

El arrepentimiento restaura la relación con Dios, rompe cadenas internas, y allana el camino para que la sanidad y el perdón puedan llegar. Es el paso necesario para poder mirar hacia adelante con esperanza verdadera.


Desafío pastoral:

¿Hay algo que callaste, justificaste o minimizaste respecto al aborto? ¿Estás dispuesto a dejar que el Espíritu Santo te guíe hacia un arrepentimiento sincero, que no te hunda, sino que te restaure?

Como líder cristiano, ¿Estás hablando intencionalmente desde el púlpito que Dios te ha dado?

Hoy es tiempo de volver. De dejar atrás la sombra y entrar al abrazo del Padre.


Oración final:

Padre bueno, he callado cosas que pesan en mi alma. He mirado hacia otro lado cuando debí hablar, consolar o proteger. Hoy me vuelvo a Ti con el corazón abierto, perdóname, límpiame y restáurame.
Gracias porque el arrepentimiento no me condena, sino que me reconcilia contigo. Hazme un instrumento de Tu gracia. Amén.

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